Por José Yorg, el cooperario.
TECNICOOP, en el medio de las
dificultades de siempre, pero cada día más reconocidos por los distintos
estamentos del poder político, que no los puede ignorar a pesar que los combate
tratando que mueran por inanición”. Arnaldo Olguín, ex gerente IMFC. Rosario-Argentina.
Ideológicamente
se ha impuesto en los pueblos la
sensación de lo estático, de que las
cosas son así porque deben serlo, de que los cambios son riesgos innecesarios y
tantas otras tonteras, pero asimiladas. El cambio es el dato indiciario de la
vida, sin ella no existe vida.
Recurramos
nuevamente a Heráclito (535 a. C.-
484 a. C.) quien nos señaló que “el
fundamento de todo está en el cambio incesante” y en su frase lapidaria
encontramos lo que intentamos evidenciar respecto al incesante cambio: “«En los
mismos ríos entramos y no entramos, somos y no somos» Alude, sin dudas, a lo
efímero de las cosas en su estado en un determinado tiempo ante el perenne proceso de cambio que nos
envuelve.
Y entonces
tenemos, una idea quietista arraigada que pretende ensombrecer la realidad cambiante.
El cambio no es tan sólo una realidad a la que debemos aceptar y adaptarnos a
ella, sino que también desearlo e incluso impulsarlo.
Está claro
que este largo rodeo introductorio tiene por finalidad marcar una línea de
pensamiento a la que estamos inscritos en referencia a la actual democracia,
donde quiera que ella se aplique, a resultas que-y a todas luces- deviene caduca y fosilizada.
La democracia representativa, democracia que está en su etapa senil, a
juzgar por su naturaleza limitada,
restringida y engañosa, simplemente no va más, y no vamos a realizar aquí una
lista de los porqué no va más, allí están los pueblos en las calles
indignándose como reflejo de una democracia enclenque.
La democracia cooperativa, democracia participativa, con su mecanismo de remoción
de mandatos, con su control democrático, con su democracia económica, un
asociado, un voto, nos alecciona y nos direcciona.
Claro que esa democracia cooperativa no se desenvuelve en un mundo
cooperativo, ¡no señor! Se desenvuelve en un mundo de la oferta y demanda
engañosa y de tal manera influye con sus nefastas reproducciones….Sin embargo,
se mueve.
Pienso que todos los que nos declaramos demócratas debemos dar cuenta concreta
de ella, en función a eso he dado testimonio al renunciar a la presidencia de
TECNICOOP, e intento que sea un modesto y respetuoso mensaje, en primer
lugar al interior de nuestra entidad, en segundo lugar a los organismos de
representación cooperativa de los grados que fueren, y también a los gobiernos
y al pueblo.
Debemos aprender, debemos practicar una democracia participativa.
Mi testimonio-cargado de pudor-lo doy desde esa pregunta que insisto en
repetirla junto a algunos conceptos ya publicados: ¿Qué clase de democracia
estamos construyendo en las cooperativas, en los partidos políticos y en los gobiernos?
Lo que corresponde al mundo cooperativo afirmo: El cooperativismo no puede ni debe
caer en tentaciones de perpetuaciones de conducción organizacional so pena de
provocar una horrenda alteración de su esencia democrática participativa. Debe
ser, y de manera vital, un ente de
referencia muy fuerte en lo democrático.
Con firme convicción impulso un cambio estructural y generacional en TECNICOOP que implique la
renovación de cuadros profesionales capaces de construir sólidamente el
TECNICOOP del siglo XXI, que a su vez ayude a elaborar la concepción de un movimiento cooperativo
más dinámico para que el pueblo lo perciba como alternativa libertaria y superadora del capitalismo rapaz.
Mi renuncia de la presidencia de TECNICOOP lo realicé, no en cualquier
momento de la trayectoria de nuestra cooperativa, como así mismo de mi vida
personal y profesional. Me alejo de la
presidencia de TECNICOOP en su mejor momento de sus veintidós años de vida institucional,
en su mayor fortaleza y unidad ya que está en un sitial destacado; por mi
parte, tanto física como intelectualmente aquilato conocimientos y experiencias que constituyen una formación sólida.
La democracia exige de nosotros lo mejor para construir relaciones de
respeto, equidad, humanidad y bienestar social y económico, debemos estar
prestos a ello, sin más.
¡En la
fraternidad, un abrazo cooperativo!
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