Enfoques cooperativos; Hoy: Descampesinización y agroecología
Por José Yorg, el cooperario.
“Hoy
gritan las aguas, los bosques, los animales, es toda la Tierra la que grita.
Dentro de la opción por los pobres y contra la pobreza debe ser incluida la Tierra
y todos los ecosistemas. La Tierra es el gran pobre que debe ser liberado junto
a sus hijos e hijas condenados.” Leonardo Boff
Conforme uno vaya introduciendo en
la problemática campesina, aquella que constituye un grave problema económico,
social y político de relevancia creciente, uno también va dándose cuenta del
dilema a que se enfrenta la especie humana: su probable extinción.
Tal vez algún lector o lectora se vea tentado a calificar de
melodramático a estas primeras líneas. La realidad siempre supera a la ficción, ya lo dijo alguien.
Muchos expertos-no los suficientes- nos alertan con argumentos certeros y
científicos del daño que producen los agrotóxicos y sus derivados en la salud
del hombre y mujer de carne y hueso, no sólo de aquellas gentes expuestas
cercanamente sino que llega a toda la sociedad a través de la cadena
alimentaria. Por tanto, nos abocamos a reflexionar sobre esos saberes científicos y académicos de
libre acceso, amén de la constatación in situ.
¿Por qué razón se organizan
procesos productivos incompatibles con la salud pública?
Los responsables y beneficiarios de tales procesos productivos se
encuentran geográficamente alejados de los espacios contaminados. Piensan que
no les llegará el efecto invernadero u otros dañosos efectos y se abocan
entusiastas al arqueo de caja y a la atención de los flujos financieros
aportados desde sus agencias recaudadoras.
Aquella familia, dedicada al laboreo de la tierra en procura de proveer alimentos sanos a la sociedad, y que llamara
la atención de la academia, sobre todo desde la ciencia económica, valió que
las denominara, no ya campesinos por el hecho de vivir en el campo, sino
“pequeños productores”, están en vías de
desaparición, en vías de extinción por la aplicación de políticas
retardatarias.
Los grandes consorcios agropecuarios producen vegetales y animales de menores
concentraciones vitamínicas y proteicas, además de transportar células
degenerativas. Es una lógica productiva basada en el incremento de la tasa de
ganancia, por eso constituye un modelo atentatorio para con la vida humana,
social y solidaria.
Estos grupos empresariales guiados por la lógica del libre mercado,
cuyo interés, no es precisamente el
justo reparto de los beneficios, sino más que nada la concentración de ello, se
sienten estimulados a continuar
forjándolo.
¿Se ven las finanzas públicas favorecidas por este modelo productivo
concentrador? Baste indagar el
porcentual de impuestos que tributan o que no tributan.
El
desarrollo y consolidación de un modelo productivo compatible con la vida sana
desde todo el espectro de la especie humana, es decir, su aspecto físico y
mental y espiritual requiere una producción y educación ambiental que, a su
vez, implican la elaboración y ejecución
desde los Estados de políticas abiertamente proteccionistas.
La gestión
ambiental del desarrollo productivo sano involucra lúcidas y fecundas tareas
agroecológicas que conllevan métodos,
teorías y prácticas, como así mismo, técnicas compatibles.
Los
agrotóxicos producen desastres en el mundo: suelos áridos, patologías
emergentes deformantes tanto en animales, vegetales como en el hombre, entre
otros daños sociales, políticos y
económicos. Impulsan la descampesinización, cuya significación comprende
campesinos sin tierra amplificando los cordones de pobreza de las ciudades.
La agroecologia, según tomamos nota de “Agroecología. Teoría y práctica
para una agricultura sustentable”, de Miguel
Altieri y Clara I. Nicholls para el Programa de las Naciones Unidas para el Medio
Ambiente. Red de Formación Ambiental para América Latina y el Caribe nos
ilustran, entre muchos:
“Los
datos que demuestran que los proyectos agroecológicos promovidos por las ONG
han dado lugar a mayor producción, mejor distribución de ingresos o más empleo
rural, han emergido muy lentamente, ya que las situaciones de urgencia del
campo han exigido más dedicación a la acción que a la investigación o la
publicación de resultados. Sin embargo, se requiere la cooperación de
investigadores en las ciencias sociales y biológicas para medir el grado de
éxito de las estrategias agroecológicas”
Podemos respaldar que se producen “Incremento
en el contenido de materia orgánica. Estímulo de la actividad biológica del
suelo. Incremento de la mineralización de nutrientes. Conservación de suelo y
humedad, disminución de erosión, mejoramiento de estructura. Mayor captura y
reciclaje de nutrientes. Las
rotaciones incrementan y estabilizan rendimientos en el largo plazo.
Costos de producción bajos.”
“La
agroecología, con su énfasis en la reproducción de la familia y la regeneración
de la base de los recursos agrícolas, proporciona un sistema ágil para analizar
y comprender los diversos factores que
afectan a los predios pequeños. Proporciona también metodologías que permiten
el desarrollo de tecnologías hechas cuidadosamente a la medida de las
necesidades y circunstancias de comunidades campesinas específicas”.
La
cooperación en función organizativa de la producción es ecológica en todas sus
facetas: económica y social. Sus organizaciones envestidas con valores y
principios cooperativos sitúan a la vida sana, laboriosa y fraterna en primer
lugar. Plantean un mejor mundo, un mundo
de campesinos con tierra y tierra con campesinos.
Desde Experiencias de Articulación “Espacio de Articulación Formosa”, de Sebastián Rietschel, extractamos
que: “La coyuntura política de la Provincia subordina la participación de los pequeños
productores a ser espectadores del avance del modelo del agronegocio en auge en
nuestro país”.
“Objetivos del Espacio de Articulación: Es función y objetivo del espacio
de articulación Formosa, aportar las
herramientas necesarias al conjunto de la población rural y de los
pueblos, para la reflexión y critica del avance de la sojización, la
descampesinización, la deforestación, pérdida de biodiversidad, y sus consecuencias,
es decir, el avance hacia un campo uniforme y despoblado. Así también como
propone avanzar a la construcción de modelos más igualitarios socialmente,
sustentable ecológicamente, rentable económicamente y viable políticamente,
situándose como un actor más en la compleja trama sociopolítica de la provincia
y con aportes y voces silenciadas por lo
hegemónico”.
Todo está llamado a la cooperación.
¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!
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