domingo, 28 de diciembre de 2008

ACCEDER A DOCUMENTOS DE LA TRIPLE ALIANZA


Opinión

Por José Yorg

Días pasados recibimos en TECNICOOP un correo remitido por el activista de los DD.HH. Dr. Martín Almada en la que se daba cuenta de un recorte periodístico de un hecho que considero de justicia: la apertura de los archivos secretos de la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870).

En efecto, Almada envió una nota al presidente del Brasil Luiz Inácio Lula Da Silva espesándole que “abrir esos documentos será de vital importancia, a puertas de cumplirse el bicentenario de la independencia paraguaya, pues resulta de gran significación que Paraguay disponga de todos los fragmentos de su Historia para conocer, reflexionar y asumir su pasado, en vista a que en el 2011 se cumplirán 200 años de su independencia.”

Reflexiono como educador social sobre este planteamiento luego de recuperarme del asombro que causa tamaña aberración de injustificada incivilidad y de daño continuado de aquel genocidio, cuyas heridas todos debiéramos tratar de cerrar, y es ésta, precisamente, devolviendo esos archivos, una forma de recomponer el tejido ultrajado.

La experiencia económico-social y política del Paraguay Independiente de José Gaspar Rodríguez de Francia y los López constituyen un formidable ejemplo de dignidad latinoamericana, de justicia social, economía de equivalencias cooperantes y desarrollo armónico de las potencialidades comuneras, naturales y científico-técnicas.

La guerra contra esa experiencia paraguaya destruyó, no tan sólo un modelo de gestión pública exitosa socialmente, sino que apuntó a una destrucción más profunda cual fue desterrar de las mentes de los sobrevivientes esa cultura comunera con base jesuítico-guaranítico.

Se pretendió, en vano, instalar que la lengua guaranítica es perjudicial para la expresión y comunicación, y es que sabían y saben que el guaraní es un idioma dulce y en extremo rico en esos aspectos, por eso levantaron tan tremenda calumnia.

Como maestro rural testimonio cuanto afirmo, pues en mi practica educativa introduje el guaraní y la comunicación con los educandos se centuplicó permitiendo un ambiente de confianza y comprensión estimulante.

Recuerdo también otra anécdota de mis días de ex estudiante de la Facultad de Derecho en Corrientes cuando en un examen de Derecho Internacional Público el Profesor titular de la cátedra se percató de mi acento guaranítico y me pidió que desarrollara mi exposición en esa lengua y así lo hice, complaciendo a muchos, menos a los que no entendieron nada.

Mi interés creciente sobre esos archivos tiene que ver con una curiosidad de carácter pedagógico y por eso, entusiasta y resueltamente doy mi modesto apoyo a ese verdadero robo de lo que, certeramente, pudiéramos denominar patrimonio cultural y educativo de la humanidad, y es que ellos no pueden más que encerrar conocimientos valiosísimos en todos los campos humanos.

Le explicó Martín Almada al presidente Lula que “el Archivo Nacional fue sacado de Paraguay, en condición de “Botín de Guerra” de la Triple Alianza.” Yo agrego: para vergüenza de miles y miles de hermanos brasileños.
Esa guerra embargó, y comprendámoslo de una vez por todas, no tan sólo el desarrollo de una experiencia comunera, sino que también colateralmente al capitalismo nativo de las nacientes naciones latinoamericanas, pues las garras del imperialismo ingles se hundieron aun más en los vencedores de esa contienda genocida, inaugurando así el subdesarrollo y se halla allí, precisamente, la explicación a nuestra pobreza en un país inmensamente rico.

Levanto pues, esta bandera de reparación histórica que no tiene otro fin que la nobleza de impulsar un encuentro postergado en demasía entre un pueblo injustamente agredido y sus reliquias preciadas, pues en esos escritos y objetos está sintetizada la identidad de una raza indomable y heroica, y es deber de todo hombre bien nacido honrar la estirpe latinoamericana independiente y soberana.

¡¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!!

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