lunes, 8 de junio de 2015

Enfoques cooperativos; Hoy: ¿Es hora de un cooperativismo transformador?

Por José Yorg, el cooperario. Ya no alcanzan con medidas políticas paliativas hacia el pueblo, tal pareciera que se eternizan al asistencialismo, con lo cual el salto cualitativo hacia un proyecto de desarrollo económico con equidad social se demora en demasía, y los estallidos sociales se asoman.
“Es inútil volver sobre lo que ha sido y ya no es.” Frédéric Chopin “La tiranía totalitaria no se edifica sobre las virtudes de los totalitarios sino sobre las faltas de los demócratas.” Albert Camus Estamos en Argentina en pleno desarrollo de una coyuntura de incertidumbres en razón a que los tiempos eleccionarios marcan lenta pero inexorablemente el advenimiento de una nueva administración política próxima a reemplazar a la actual presidenta. ¿Qué rumbo tomará el proceso económico? ¿Qué políticas públicas se aplicaran? ¿Qué actitud asumirá el nuevo gobierno ante el movimiento cooperativo? Son sólo algunas de las preguntas que inquietan. De cualquier manera, el contexto Latinoamericano y mundial sigue su curso marcado por el ritmo neoliberal depredador, esta forma de organizar la economía a favor de unos pocos y en perjuicio de los más, que acosa a la vida, a la supervivencia de la especie humana. Se toman medidas reformadoras por parte de varios gobiernos, aclaremos que son reformas dentro del neoliberalismo global y que es cierto que alivia el sufrimiento de millones de seres de carne y hueso, no es menos cierto también que esas medidas cada vez sean menos eficaces, menos impactantes en la cotidianidad. Ya no alcanzan con medidas políticas paliativas hacia el pueblo, tal pareciera que se eternizan al asistencialismo, con lo cual el salto cualitativo hacia un proyecto de desarrollo económico con equidad social se demora en demasía, y los estallidos sociales se asoman. El cooperativismo Latinoamericano ha madurado, así lo demuestran sus constantes encuentros y temáticas en debates, se advierte la expectativa por pasar a la avanzada, asumir mayores retos, en verdad gana espacios y protagonismos, a pesar de conservar resabios dirigenciales poco audaces. Está allí presente la lección griega: si se duda no se avanza. El actual estado de cosas requiere de rupturas, de audaces innovaciones para superar la marginalidad, el infortunio perenne y establecer nuevas esperanzas, nuevas utopías. Simplemente ya no es posible proseguir bajo la ficticia ley de la oferta y demanda. La única ley debería ser la ley de la convivencia armónica. Oportuno sería anotar que la alternativa a la mercantilización de la vida existen muchas posibilidades, desmentimos a aquellos que nos quieren embarullar con teorías que sólo ellos comprenden cuando afirman el ajuste sobre el ajuste para resolver la crisis económica recurrente. Ponemos, entonces en primer lugar de análisis, de debate, la cuestión de alternativa al actual capitalismo. Nuestra posición, desde el enfoque cooperativo, es de ruptura. Es por eso que es hora de un cooperativismo transformador. Y es que no existen sistemas o modelos socio-económicos que no puedan ser superados, no hablamos de mejorarlo, hablamos de superarlo. La alternativa es el cooperativismo transformador…. ¿Es su hora? Si lo es. Recordemos que la organización cooperativa en su mecanismo de distribución de excedentes repartibles de manera proporcional (esto llamado por la economía liberal como “ganancias” y por otras economías como plusvalía), se aleja de estas formas de apropiación del fruto del esfuerzo colectivo, con lo que instaura una fórmula equitativa y justa. Así determinado el mecanismo distributivo de los bienes producidos cooperativamente, sin dudas, lo hacen apto para enfrentar la crisis, pero no sólo enfrentarlo sino dar sólidas respuestas, es capaz de representar a la mejor alternativa para construir mejores sociedades. El cooperativismo debe profundizar su mística, aquel fundado por los Pioneros de Rochdale en 1844, intensamente transformador, germinada en las entrañas mismas del capitalismo industrial cuyo estigma fue dividir a la especie humana en expoliadores y expoliados. Pensamos en un cooperativismo en constante renovación, con iniciativas, con enorme capacidad de acción a través de lo cual logre visibilizarse, no tan sólo en sus asociados, sino también encuentre arraigo en el seno del pueblo, como lo que está dado por su esencia: un movimiento de emancipación. ¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!

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