sábado, 21 de noviembre de 2009

Columna: Enfoques cooperativos


Hoy: “El largo amanecer libertario paraguayo”

Por José Yorg, el cooperario

”No comprendo –dijo José Asunción Flores- por qué “Gallito Cantor”, tendría que ser símbolo de cambio o revolución. Lo escribí un amanecer cualquiera aunque no único”.

Leí, por vaya a saber dónde, y hace tanto tiempo lo dicho por el creador genial de la guarania, o quizás alguien me lo comentó, lo cierto es que aun resuena en mi mente porque recobra tal vigencia con el proceso paraguayo en su definitiva liberación.

Las actuales controversias de intereses en pugna en Paraguay ponen en evidencia un problema saliente de la destrucción de la experiencia social y económica instaurada por el Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia, perfeccionada por los López. No nos cansaremos en señalar esta verdad histórica que nos interpela.

El subdesarrollo o mejor anotado la atrofia económica y social actual es perfectamente atribuido a un sistema enancado en la desigualdad de oportunidades, y sino, ¿cómo se explica tanta pobreza y hambruna en un país capaz de producir alimentos en calidad y cantidad inconmensurable, producto de su fértil territorio?

Ya lo dijimos anteriormente y lo reiteramos porque es de vital importancia su comprensión de que la Reforma Agraria con Base Cooperativa en el Paraguay es una cuestión de humanidad.

Humanidad de la que nos hablo el gran poeta José Martí en la comprensión esencial de que "Patria es humanidad".

Así humanidad y cooperativismo se hermanan porque ambos conllevan el germen y la obra de humanizar la economía de tal suerte que un país sea justo y vital en su desenvolvimiento cotidiano de producir para la vida en libertad y en equidad.

La educación y capacitación cooperativa deben gozar por justiprecia razón de una clara política de Estado como elemento coadyuvante en la construcción colectiva de otro Estado distinto al actual, pues el actual peca de obsoleto y caduco, en realidad repetidor de las viejas e injustas mañas tiránicas que escapan de las buenas intenciones de los gobernantes.

Urge, en tal sentido, la convocatoria a una Asamblea Constituyente y crear un nuevo Estado de Derecho.

El largo amanecer libertario paraguayo encontrará su plenitud en un proyecto que retome las aspiraciones fundantes de su nacionalidad y de las actuales, conducente a encaminarse hacia esa Patria que es Humanidad.

En ese proceso de construcción colectiva de libertad y equidad la educación ha de jugar su mejor carta, y por ello, qué mejor recordar nuevamente al poeta Martí cuando nos alude que "Enseñar es crecer: La enseñanza, ¿quién no lo sabe?, es ante todo una obra de infinito amor..."

La importancia de instaurar una inflexibilidad estratégica y agudeza táctica en los momentos esenciales del proceso actual paraguayo en búsqueda del mayor y amplio consenso a fin de resolver las grandes controversias, como la necesidad urgente de instaurar un modelo económico de equidad que permita superar las anacrónicas estructuras productivas e industriales que perpetúan el atraso y la miseria, y las naturales negociaciones frente a la convocatoria previa de la Asamblea Constituyente que consagren legal y legítimamente ese modelo, emerge imprescindible.

¿Qué otro camino le dejan a los miles de campesinos sin tierra y los desocupados en su afán de vivir decorosamente?

¿No es más racional la concordia nacional a través de un proyecto incluyente, y que por otra parte, reclaman las propias leyes del desarrollo económico, trabadas y demoradas en su desenvolvimiento, a fin de superarla por vía de la incorporación a la producción cooperativa a esos miles de laboriosos campesinos en un ordenamiento de carácter superior?

Si este camino de concordia es encontrada cercada para el pueblo, sin dudas la lucha política se agudizará. La lucha política será entonces el único camino para alcanzar una sociedad en la cual vivir con justicia social y decoro sea posible.

La dura batalla por esos objetivos pondrá en evidencia a los peores enemigos cuales son el egoísmo e individualismo de sectores privilegiados que hacen constante utilización de esa malformación actitudinal instaurado por años y años de tiranía, el cooperativismo por el contrario, es la gran reeducadora solidaria pertinaz contra tal tendencia mezquina.

El amanecer libertario paraguayo será hermoso a condición de que traiga venturoso porvenir, el cooperativismo puede ayudar a ese dignificante logro.

¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!

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