lunes, 11 de enero de 2010

Enfoques cooperativos, Hoy: “Congreso constituyente o anarquía”.


Por José Yorg, el cooperario

El destello que la palabra “democracia” poseía en tiempos dictatoriales hoy pareciera ceder a las sombras,”duele decirlo, pero hay que decirlo” expresa el latiguillo de un conocido economista.

Aun pudiéramos ahondar en este punto neurálgico de la referencia democrática; el fallecido ex presidente, el Dr. Raúl Alfonsín, nativo de Chascomús, provincia de Buenos Aires, cautivó a las masas para luego frustrarles con que “con la democracia se come, se cura, se educa”.

El asunto, de vieja rancia es, “de que democracia hablamos cuando hablamos de democracia, pues para el que “no come, no se cura y no se educa en democracia”, no es democracia, es en todo caso, una tiranía encubierta.

El deterioro institucional que afecta la vida política, económica y social, es evidente.

En la reciente crisis interinstitucional se evidenciaron los vicios de la vieja y conservadora política, en realidad, más cercana a los años treinta que al siglo XXI. Y al unísono insistieron los mercaderes de la política en afirmar que en dicha controversia se superó gracias a que las “instituciones funcionan.” ¿De qué hablan?, ¡preguntemos a los miles y miles sin trabajo, a los que no comen, a los que no se educan y no se curan, si creen que las instituciones funcionan para ellos!

Los países latinoamericanos experimentan, sin dudas, un creciente deterioro institucional y éstos se debe examinar a la luz de la ciencia social y que los dirigentes que tienen la posibilidad y la responsabilidad de revertirlo, tienen que comprender que es hora de refundar las naciones, pues el viejo y caduco esquema de democracia representativa constituye un anacronismo insalvable y peligroso, la democracia participativa es la terapéutica real y conveniente.

La Asamblea Constituyente es la principal instancia de un proceso de revitalización institucional de los poderes legislativo, judicial y ejecutivo, junto a la creación de nuevas instancias que faciliten la plena y amplia participación de referentes sociales.

Las razones del descontento con la democracia las podemos encontrar en que los poderes del Estado están seriamente cuestionados por conductas de sus componentes y que las mayorías entienden como corruptas e ineficaces.

Con dolor inmenso reconozco que también algunas cooperativas no escapan a las sospechas de corrupción, apartadas de los nobles principios y valores del cooperativismo que debieran guiarlas, indignan en verdad.

Tales vergonzosas desvirtuaciones confirman hasta qué punto la sociedad ha sido infectada y absorbida en la cultura corrupta. La extirpación de esos males sociales es posible gracias a las grandes reservas de moral y ética que anidan en las mentes y corazones de los jóvenes, campesinos, estudiantes, obreros y madres y padres, sin olvidar a los docentes, abuelos y abuelas, que inculcaron esos valores con esmero y coraje.

La historia es una magnifica fuente de enseñanza.

En Paraguay la experiencia de los guaranies y el aporte de los Jesuitas dieron formas magnificas de organización social que el talento y genio del Dr. Gaspar Rodríguez de Francia los resignifica, creando las Estancias de la Patria.

El necesario proceso de renovación institucional vía Asamblea Constituyente debe reconocer el modelo cooperativo para estructurar el desarrollo socio-económico que materialice los derechos humanos de comer, estudiar y trabajar con dignidad.

El pueblo está irritado en demasía.

El dilema que enfrenta la humanidad hoy es inconmensurablemente mayor que en toda su existencia en el planeta llamado Tierra. Es necesario encontrar un modelo sustentable de producción que ya no contamine, es necesario un nuevo y mejor orden mundial económico-social.

Si no se logra, concertadamente, instalar la Convención Constituyente, como vehiculo que transporte las energías demoradas a buen puerto, despojado de dramatismo, habilitaríamos el caos, la destrucción, la barbarie y entonces, la anarquía reinará.

El presidente Fernando Lugo es, más allá de todo, un hombre de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, entonces debe hacer culto al proverbio medieval: Vox Populi Vox Dei. La voz del pueblo es la voz de Dios. Si Dios está con el Pueblo, ¿Quién está contra el Pueblo?

¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!

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