lunes, 18 de enero de 2010

Enfoques cooperativos,hoy: "Quita la causa y quitarás el pecado"


Por José Yorg, el cooperario

Un refrán de procedencia española es el titulado de este artículo que pretende expresar-modestamente- el significado que encierra la misma sobre un tema de extrema gravedad social en el Paraguay.

La compra de fusiles de tecnología israelí a Colombia para combatir a insurrectos por parte del gobierno paraguayo marca un punto que quizás signifique un camino sin retorno a la anhelada paz social, pues es lisa y llanamente combatir fuego con fuego.

Por qué afirmo lo anterior, porque, usando un poco el cerebro constataremos sin dilación y hasta la vergüenza que el verdadero enemigo es la pobreza estructural, la corrupción institucionalizada, la desigualdad social y jurídica, ¡he ahí las causas del pecado original!

El informe anual de Amnistía Internacional (A.I.) sobre derechos humanos reporta en México un aumento de torturas, maltrato, detenciones arbitrarias y registros ilegales de viviendas, que relaciona con el despliegue de 45 mil miembros del Ejército para combatir al narcotráfico, nos narra Liliana Alcántara para El Universal.com de México.

Prosigue la especie exponiendo que “La organización indica que a pesar de la participación de militares en la lucha contra el crimen el nivel de violencia atribuido a las redes delictivas aumentó en el país, pues en 2008 casi 6 mil personas murieron en incidentes violentos y decenas de agentes de seguridad también perecieron o resultaron heridos”.

“El mayor grupo internacional defensor de los derechos humanos (A.I.) criticó que el sistema de justicia militar conserve la competencia de investigar y procesar a miembros del Ejército acusados de esos abusos y que, en el caso de la policía, no existan mecanismos de rendición de cuentas; señaló además que se requiere una reestructuración de las corporaciones estatales y municipales. Agrega que hay límites graves en el acceso a la justicia”.

Pues bien, ese es el camino que recorrerá Paraguay con la represión institucionalizada, un camino ya recorrido, pero no asimilado como alumnos tardos en aprender.

Financieramente hablando existen estadísticas en el mundo que indican elocuentemente que es infinitamente menor el costo de inversión en educación, salud, caminos y reforma agraria y justicia social que en armas y represión, nada más que consultarlas.

Quita la causa: la pauperización campesina, y quitaras el pecado: la insurrección.

Sobre la base de estas consideraciones, obtenidas de la historia, es que exponemos, con modestia y mucho respeto, la necesidad de crear un gran espacio de dialogo nacional que lleve a la elaboración y efectiva aplicación de un proyecto de desarrollo económico-social con base cooperativa.

El origen de la pobreza, elemento primigenio de violencia política gubernamental, dispara a su vez la espiral de violencia execrable como los robos, torturas, crímenes y violaciones que tienen su plataforma en el retardo del desarrollo económico que impide el proceso de nuevas y vigorosas fuerzas productivas como el cooperativismo.

Devienen casi inútiles los programas de asistencias a los campesinos puesto que son insuficientes ante la afrenta de pauperización del sector, es imprescindible la promoción e implementación de un Plan Nacional de Reforma Agraria Integral, Sustentable y Solidaria con Base Cooperativa.

Paraguay es, al igual que todo país latinoamericano, y a todas luces, un país subdesarrollado, demorado en su proceso económico desde el año de 1870 tras la guerra genocida denominada “Triple Alianza” cuyo objetivo fue destruir un modelo independiente construido sobre la base de justicia social.

Ahora es tiempo de romper esas verdaderas camisas de fuerzas que constituyen la concentración malhabida de tierras, un Estado desfasado y líderes políticos retardatarios, incapaces de concitar la voluntad política nacional dirigida a derrumbar las causas estructurales que traban el desarrollo paraguayo.

En este punto rememoro una controversia pública, pero también coincidencias sustanciosas que sostuve con el Dr. Roberto Mangabeira Unger, ex ministro de la Secretaría de Asuntos Estratégicos del Brasil.

Expuso Mangabeira Unger que ““Brasil hierve de vitalidad emprendedora y creativa, pero está sujeto por una camisa de fuerza de instituciones, prácticas e ideas que suprimen esa vitalidad, en lugar de instrumentalizarla”.

Afirmó en esa ocasión Mangabeira Unger que “el país tiene interés estratégico en que esa experiencia ejemplar del cooperativismo agrícola supere los problemas que enfrenta y pueda ayudar a señalar el camino que el país debe seguir, y el Estado brasileño debe llevar adelante una revolución, y que el terreno más fértil para llevarla a cabo es en la agricultura, en particular, en la cooperativa.”

Estas apreciaciones vertidas por el catedrático brasileño mereció mi humilde reconocimiento en cuanto a que éste afirmó que el cooperativismo es el mejor camino a seguir para que Brasil dé el salto adelante, que puede y necesita dar, sobre todo teniendo en cuenta la actual crisis internacional, a lo que agrego exponiendo razones, que eso es posible, siempre y cuando modifique Brasil y los demás países, las pautas sobre las que rigen su relación de dependencia a poderes externos, por tanto, puedan evolucionar hacia un estadio superior de organización de la producción y distribución acompañado de una concepción cooperante de la vida social.

La construcción de un modelo socioeconómico independiente y equitativo es, sin dudas, la mejor opción para desterrar los males vergonzantes de una nación viril como la paraguaya.

Que la Educación cooperativa, por poseer los atributos pedagógicos y didácticos sería, en ese proceso dignificante, el instrumento más formidable que facilitará la adquisición de nuevos y solidarios hábitos de pensar y actuar, nutridos con los Principios y Valores del Cooperativismo del siglo XXI.

¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!

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