lunes, 21 de diciembre de 2009

Enfoques cooperativos


Hoy: “Cooperación, Doctrina de armonía”

Por José Yorg, el cooperario


He elegido el titulo de este artículo en sana procura de echar mayor luz sobre el noble sistema cooperativo y lo hago desde el maravilloso libro escrito por el gran maestro Enrique Agilda que lleva, precisamente, esa denominación.

Y hablando de maestro y educación me viene a la memoria lo que nos enseñaron en el profesorado de enseñanza primaria, cual es el de poner el máximo de cuidado, no tan sólo de no cometer ante nuestros alumnos errores ortográficos, sino fundamentalmente no enseñar conceptos erróneos porque son los más difíciles de corregir y erradicar.

Pero errar es humano, perdonar es divino, dicen y quizás nos convenga a todos, pues todos cometemos errores.

Nuestra entidad TECNICOOP, está integrada por profesionales universitarios "Técnicos en Cooperativismo" como titulados de base, y desde esa posición nos encierra la ética y el compromiso educador de promocionar y difundir la Doctrina y Principios con la fidelidad que posee el noble sistema cooperativo, más allá de la realidad dolorosa de las desvirtuaciones en que caen ciertas y determinadas cooperativas.

Ahora sí estamos en condiciones de abordar la problemática que significa “echar luz sobre el noble sistema cooperativo” como afirmáramos más arriba.

En el Portal denominado Rescatar-Periodismo ciudadano-el amigo Carlos Rodríguez ejerciendo su derecho de opinión redactó un articulo denominado “Fracaso del capitalismo, del comunismo y los problemas de Lugo para explicar su plan”, en el que hace alusión al cooperativismo, conceptos que nosotros amigablemente disentimos.

Expone Rodríguez que “el cooperativismo es un sistema capitalista para generar pero colectivista para distribuir”.El cooperativismo es cooperativismo y no otra cosa.

El cooperativismo surge en la historia humana como respuesta superadora al sistema capitalista. No toma lo bueno o lo malo del capitalismo porque su propósito es suplantarlo pacíficamente en razón de su naturaleza imposible de corregir, porque además, el capitalismo es esencialmente injusto porque se nutre de la desigualdad económica y social.

El cooperativismo posee una Doctrina fundada en Principios y Valores sui generis.

Prosiguió el periodista afirmando que “Y se puede decir que es un capitalismo socializado o es un socialismo capitalista”.

Esa vieja acusación desvirtuadora de lo que es el cooperativismo atribuido a los desprevenidos y desprevenidas, procurando tal vez darle sombra y oscuridad, conceptos equivocados que deben ser abandonados en beneficio de todos y todas.

El capitalismo-juzgue el lector-es lo perimido, el cooperativismo es la buenaventura, es el nuevo evangelio de redención social y económica.

Entendamos de una vez, el capitalismo es la enfermedad social-económica que sume a las grandes mayorías del mundo a la degradación y beneficia a unos pocos, y expone a la especie humana al peligro de su propia extinción; el cooperativismo, en cambio, es el remedio social-económico basado en el esfuerzo propio y la ayuda mutua.

Es, el cooperativismo, el método armónico y equitativo de organizar la producción y la sociedad enancado en la consiga de la justa distribución de la riqueza, pues genera un nuevo tipo de relaciones productivas donde no existen patronos y empleados, sólo existen cooperativos.

¿Qué quiere el pueblo?

Pregunta difícil de responder sin levantar inquietudes, ya que es difícil saber quien tiene la autoridad moral suficiente para asumir el anhelo del pueblo. En todo caso, podemos intuir que el pueblo quiere trabajo, salud, educación, justicia y venturoso porvenir para sus hijos.

Pero, el mundo no esta hecho tan felizmente, por lo tanto, habrá que luchar por alcanzar esos anhelos.

El pueblo paraguayo quiere el cambio, lo quiere desde hace muchas décadas, en realidad, lo quiere desde 1870, año en que a sangre y fuego destruyeron un Estado cooperativo, propulsor de las “Estancias de la Patria”, un Estado Independiente, por eso destruyeron los cipayos de la libertad ese Estado, para explotar al pueblo.

“Nuestra forma de administrar el Estado molesta a unos pocos privilegiados del pasado, pero les aseguro que ya nadie detiene este proceso de cambio”, enfatiza el presidente Fernando Lugo. Es que, esa es la cuestión a definir, qué quiere el pueblo: el cambio.

El cambio implica antes que nada una nueva actitud, una nueva forma de organizar la sociedad y la producción, de otro modo, ¿de qué cambios hablaríamos?, sólo eso hablar y hablar…

Aspiramos y alentamos desde nuestro modesto lugar al gobierno de Lugo a que con vigor necesario impulse la cooperativización productiva, sentando así las bases sólidas de ese cambio que pregona, pues de otro modo no habrá cambio que modifique el esquema heredado.

Es universalmente reconocido y valorado a la cooperación como eficaz herramienta de lucha contra el flagelo de la pobreza, así lo reconocen la Naciones Unidas en documentos de Recomendación a los gobiernos en sus políticas publicas.

Entonces si el presidente Lugo quiere llevar a la práctica su consigna de que “su gobierno derrotará a la pobreza en todas las casas”, bien pudiera hacerlo con el cooperativismo, ¿no les parece?

¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!

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